Cuando a dos equipos les sirve empatar sobre el terreno de juego, los únicos que salen perdiendo son los aficionados que han pagado una entrada para ver un espectáculo que finalmente no se celebra. Levante y Sporting habían hecho cuentas y a ambos les valía sumar un punto para tener pie y medio en Primera la próxima temporada y por eso, no corrieron un solo riesgo sobre el césped y ni golpearon ni fueron golpeados.
LAS CLAVES
El empate, bueno para todos. A los dos equipos les servía sumar un punto de cara a la salvación y lo consiguieron sin demasiados problemas.
Juan Pablo y la zaga del Sporting. En las únicas ocasiones en las que el choque se salió de la monotonía, Juan Pablo, Botía e Iván Hernández evitaron males mayores.
Juego sin velocidad. Ambos conjuntos jugaron en el centro del campo y apenas inquietaron a los metas rivales. Las áreas apenas fueron pisada
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