miércoles, 6 de abril de 2011

"Thank you, Atlético"


El 25 de febrero no fue un día cualquiera para Lola Romero, presidenta del Atlético de Madrid Féminas. Fue a trabajar como cada jornada a las oficinas del club en el Vicente Calderón, pero al entrar por la puerta escuchó una frase que la paralizó: "Lola, te ha llegado una carta de la Casa Blanca", le advirtieron. "¡Qué dices! Yo no quiero nada del Real Madrid...", respondió en tono bromista la máxima mandataria rojiblanca. Tardó en darse cuenta de que no se trataba de una broma y que el matasellos de la carta que tenía entre manos procedía de Washington. Se apresuró a abrirla cual adolescente ávida de noticias sobre su amor y al ver que la firmante de la misiva era la mismísima Primera Dama, Michelle Obama, dibujó una sonrisa en su cara y se dispuso a leerla.

Hay que remontarse al pasado verano para conocer el comienzo de esta historia. Con motivo de la visita a España de Michelle junto a su hija pequeña Sasha (de 10 años) -la mayor, Malia (de 12), estaba en un campamento de verano-, a la presidenta del Atlético Féminas se le ocurrió la idea de regalar a las pequeñas dos equipaciones personalizadas con su nombre. De la mano de la responsable de protocolo del club, María López, se pusieron en contacto con el séquito estadounidense que realizó un tour de cinco días por la Costa del Sol -Marbella, Granada, Estepona y Ronda- para ver de qué forma podían mandarles un obsequio. Les remitieron a la embajada y les indicaron los cauces para que la iniciativa llegara a buen puerto.

Dicho y hecho. Embalaje y paquete a cruzar el charco. Aunque poco se supo en un primer momento de si el regalo había llegado o no a buen puerto -"como son poco dados a aceptar regalos de este tipo, para nosotros fue normal no recibir comunicación alguna en ese momento", apuntan desde el club-, la familia presidencial estadounidense quiso ser condescendiente y envió una carta certificada a Madrid agradeciendo el detalle. Cuentan desde las oficinas del club que Lola no ha podido borrar aún la sonrisa de su cara y que saca pecho cada vez que alguien le saca el tema. Dicen con gracia que la presidenta guarda la carta en sus vitrinas a la espera de que sea talismán para que lleguen títulos de entidad que la acompañen.

Reza el refrán que "en casa del herrero, cuchillo de palo". Eso es lo que ha pasado en la Casa Blanca, pues a pesar de que Barack Obama, presidente de la mayor nación del mundo, es un reconocido amante del baloncesto y el golf, sus hijas tienen más predilección por el fútbol. Soccer que lo llaman en aquellos parajes. "Me ha parecido un detalle encantador por su parte", cuenta la propia Lola, que abre las puertas a, como dice la carta, una futura colaboración y un estrechamiento de lazos: "Sabemos que puede tratarse de un simple formalismo, pero en el Atlético estaríamos encantados de que Sasha y Malia en su próximo viaje vinieran al Cerro del Espino a entrenarse con el resto de niñas con las que trabajamos desde los seis años". Las hijas de Obama han aprendido castellano en Sidewell Friends, la escuela de Washington D.C. a la que asisten. Seguro que ya se saben de memoria el himno del Atlético.

Ahí tenéis la carta.

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