Ha llegado el momento decisivo de la temporada y la presencia de los tres capitanes en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva así lo demuestra. Gabi, acompañado por Ponzio y Jorge López, hace de portavoz de un equipo que mañana se jugará la vida contra el Espanyol: "Es el momento más delicado de la Liga, sabemos lo que nos jugamos y queríamos hacer ver la unión y la implicación de este equipo, así como agradecer a toda la gente el apoyo que nos ha mostrado día tras día. Entre todos vamos a sacar adelante esta situación. El vestuario al completo cree en la permanencia y vamos a jugar este partido como si fuera el último de cada uno de nosotros".
El Zaragoza ya no depende de sí mismo para lograr la salvación, pero necesita ganar sí o sí al Espanyol para seguir teniendo opciones. "Lo primero es ganar antes de mirar a otros. Está claro que estaremos con el pinganillo puesto, pero los once que salgan a jugar estarán centrados en el Espanyol. Antes teníamos margen de error, pero ahora no. Es ganar o ganar, un partido a vida o muerte. Si no ganamos, al 95% estamos en Segunda. Es una final: ganar y permanecer en Primera o perder y bajar", señala el capitán.
La afición también es consciente de la importancia del encuentro y lo demostró desde el momento que abrieron las taquillas, formando largas colas en La Romareda. Gabi, en nombre del equipo, agradece su apoyo, pero solicita un último esfuerzo: "Es el momento de estar unidos porque necesitamos de todos. Ahora más que nunca necesitamos el apoyo de la afición. La Romareda debe ser una olla a presión, deben poner su granito de arena y entre todos salir de esta situación".
Los nervios acechan al zaragocismo y los jugadores no son ajenos a ello: "No son los momentos más tranquilos de mi vida ni de ningún compañero, pero tenemos que asimilar que somos futbolistas y que este tipo de partidos se dan a lo largo de tu carrera. Mañana es uno de ellos. Debemos jugar por nuestra gente para darles un respiro".
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