sábado, 9 de julio de 2011

"Me distancié del Betis; eso no pasará otra vez"


10 días como presidente del Betis. ¿Cómo le está tratando la afición?
Perfectamente. Quizá la afición sea la única facilidad para este nuevo Consejo, porque ha estado con el club en los malos y los buenos momentos. La gente me saluda, me desea suerte y me da la enhorabuena. No se puede empezar mejor.

¿Qué tipo de bético es Miguel Guillén?
Uno normal, que he llevado la bandera con orgullo y al que le gustó siempre ir al campo. Pero hubo un momento en que llegué a distanciarme del Betis por no sentirme identificado con lo que veía. Entonces me dieron un toque de atención, me dijeron que actuara y lo hice, y aquí he acabado. Eso no me ocurrirá de nuevo.

Ahora, en el palco, deberá guardar las formas.
Como consejero tampoco podía moverme porque en mi asiento de primer anfiteatro me explayaba más. En el palco se pasa muy mal, porque el fútbol te ayuda a liberar el estrés de la semana y eso no se puede hacer cuando ejerces un cargo.

¿Cómo compagina un cargo no remunerado con su vida de empresario?
Ya como consejero tenía la suerte de poder hacer mi trabajo desde cualquier sitio, con un teléfono y un ordenador. Casi decidí instalar mi oficina en el Villamarín. En cierto grado he dejado de atender mi responsabilidad profesional y algún tirón de orejas de mi familia ha habido, pero en general lo han comprendido.

¿Alguna vez pensó en ser presidente del Betis?
No pensaba ni que iba a ser consejero, ¿cómo iba a saber que acabaría de presidente? Hay compañeros de Consejo que han trabajado igual o más que yo, pero no han tenido la repercusión mediática que da el márketing.

Se habla de que va a tener pocas manos libres, poco poder ejecutivo.
Quiero imprimir mi sello. Eso sí, la situación actual requiere un tipo de presidente diferente al de otras épocas. Hace falta una gestión profesional, trabajo en equipo para cambiar radicalmente la imagen del Betis, regenerarlo lo antes posible. Ése es mi gran objetivo como presidente. El beticismo debe sentirse identificado y tener paciencia, porque será duro.

¿Cuánto tiempo cree estará en el cargo? Dicen que hace falta una persona al frente durante varios años.
Cierta estabilidad es buena si las cosas van como deben, pero entiendo que esto es un periodo de transición aunque no me ponga fecha de caducidad. Jamás me lo había planteado hasta que me lo propusieron porque a pesar de haber trabajado codo con codo con Bosch y Gordillo, nunca lo pregunté. Ahora no voy a preguntar cuando me marcho.

¿Dónde y cuándo se lo dijeron, por cierto? Se intuía, pero se llevó con discreción...
Me ofrecieron la presidencia unos días antes de la Junta, en la cafetería Jamaica, al lado del campo Betis. Tomando un par de tapas. Y sí, creo que nadie más que nosotros tres lo sabía, tal vez sus mujeres. Se guardó bien ese secreto. Ha costado trabajito, como ocurrió con los consejeros. Pero la discreción ha sido y seguirá siendo importante en este Betis.

¿Qué le dijo Gordillo?
Que iba a ser un buen presidente y que diera el paso adelante. Yo le pedí que siguiera a mi lado, que le necesitaba. Le necesita el Betis, no puede permitirse el lujo de perderle porque abre puertas allá donde va. En cualquier negociación, con Rafael a tu lado ganas ya el 50 por ciento.

Hablando de negociación, ¿cuál es su modelo de club?
Hay varios. Athletic y Barcelona gestionan bien la cantera, el Madrid hace una gran explotación de recursos atípicos...

¿Y el Sevilla?
El Sevilla es un modelo de gestión profesional, consiguió salvar una situación muy complicada. Enseñó como se pueden mejorar las cosas cuando hay poco dinero.

¿Conoce ya a Del Nido? Tendrá que estar preparado para encontrárselo pronto en el palco del derbi...
No le conozco personalmente, pero me felicitó por la presidencia. Sí he hablado con Vizcaíno y con José María Cruz. Las relaciones entre los clubes se han normalizado, son buenas y así deben seguir.

Lo de 'economía de guerra' está presente siempre en el discurso de este Consejo. ¿Seguro que hace falta un ERE con la plantilla?
El ERE es una herramienta más, pero sólo se produciría en un caso extremo. Hasta ahora hemos llegado a un acuerdo con los contratos que tenían que ser revisados y ojalá ocurra así con los jugadores. Son jugadores que se han dejado la piel, que fueron importantes dentro del vestuario para ascender y les tenemos demasiado respeto.

Usted ha convivido estrechamente, tiene gran relación con algunos futbolistas y sobre todo con Mel, el técnico. ¿Qué ocurrirá si algún día debe destituirle?
Si es de interés para el Betis, está dentro del cargo y lo haría a pesar de la relación. Soy un tipo de la calle y me hacía mucha ilusión acompañar al equipo en los viajes. El roce hace el cariño y pretendo que siga así porque creo que un ambiente familiar ayuda al rendimiento deportivo.

¿Qué les dirá el lunes, en la vuelta al trabajo?
Les daré un mensaje de bienvenida a los que se incorporan y a los que regresan. Les daré tranquilidad y les diré lo que significa esta camiseta, las miles de personas que hay detrás.

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